Mito: ¿Protege Beber Leche Contra la Osteoporosis?

PARCIALMENTE CIERTO

La idea de que los humanos necesitan leche en su dieta diaria es nueva. Antes de la domesticación de los animales, la leche se reservaba exclusivamente para los niños pequeños, al igual que otros mamíferos.

Dado que la leche rara vez formaba parte de la dieta diaria, los investigadores suponen que los primeros humanos obtenían el calcio de otras fuentes. Para ponerlo en perspectiva, un vaso de leche aporta unos 300 mg de calcio (la ingesta diaria recomendada es de 1000 mg), una ración de brócoli contiene unos 200 mg y 100 g de sardinas contienen unos 320 mg de calcio.

¿Cómo se produce la osteoporosis?

La osteoporosis se produce cuando los huesos comienzan a deteriorarse y a desmineralizarse. Esta afección generalmente se desarrolla con el tiempo, como resultado de desequilibrios hormonales o por falta de actividad física. Afecta principalmente a mujeres posmenopáusicas, y uno de sus síntomas es un mayor riesgo de fracturas óseas.

El calcio y los huesos

Los huesos cumplen una función estructural y son la principal fuente de calcio del cuerpo. Cuando se padece de deficiencia de calcio (cuando este mineral falta en la dieta diaria), los órganos y sistemas del cuerpo obtienen de los huesos el calcio que necesitan para funcionar correctamente. Con el tiempo, y sin calcio, los huesos se vuelven frágiles.

Estudios que dicen que la leche es mala para los huesos o no tiene ningún efecto beneficioso

Hay estudios que dicen que el consumo excesivo de leche no tiene ningún efecto sobre los huesos o incluso puede ser perjudicial.

Un interesante estudio publicado en 1997 por la Universidad de Harvard hizo un seguimiento de 77.000 mujeres durante 10 años. Los investigadores no encontraron ningún vínculo entre los voluntarios que tenían fracturas de brazo o cadera y los que bebían uno o más vasos de leche por semana. Un estudio similar que hizo un seguimiento de los hábitos alimenticios de 330.000 hombres no encontró correlación entre el consumo de leche y las fracturas.

Estudios más recientes han demostrado que la leche aumenta la mineralización ósea, pero solo en los primeros dos años de consumo regular. Después de eso, no hay correlación entre la leche y las fracturas óseas.

Finalmente, un estudio publicado en Suecia demostró que la leche es beneficiosa para los huesos, pero que más de tres vasos al día no influyen en el sistema esquelético, e incluso pueden aumentar el riesgo de fracturas y mortalidad prematura.

Estudios que dicen que la leche es beneficiosa para el sistema óseo

Para determinar si la leche es beneficiosa para los huesos, los investigadores dividieron a varios grupos de voluntarios en dos. El primer grupo consumió leche según las indicaciones (un vaso o más, según el estudio) y el segundo grupo siguió una dieta sin leche. Los resultados mostraron que tanto la leche natural como los suplementos de extracto de leche ayudan a mineralizar los huesos y a reducir el riesgo de lesiones.

En los niños, la leche y los productos lácteos (queso, suero de leche, crema) ayudan a promover el desarrollo saludable de los huesos.

Para los adultos, el consumo de leche se asocia con un menor riesgo de pérdida ósea e incluso ayuda a mejorar la densidad ósea.

En los adultos mayores, los suplementos de calcio derivados de la leche mejoran la densidad ósea y reducen el riesgo de fracturas.

El calcio es bueno para los huesos, pero no debemos olvidar que la leche no es la única fuente de calcio. Si llevas una dieta sana y equilibrada, puedes consumir de 1 a 3 vasos de leche a la semana sin preocuparte por sus efectos negativos (los estudios que encontraron una correlación entre el consumo de leche y las fracturas óseas alcanzaron estos resultados en el caso de quienes consumían al menos tres vasos de leche al día).

Iris Maria -Autor Enciclo

Iris Maria

Autora especializada en divulgación de salud basada en evidencia.
La información presentada en este artículo tiene un propósito exclusivamente informativo y no sustituye la consulta, el diagnóstico ni el tratamiento ofrecido por un médico u otro profesional de la salud. Cada persona tiene necesidades diferentes según su edad, estilo de vida y estado de salud; por ello, estos contenidos no deben utilizarse como reemplazo de una evaluación médica profesional.
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