Mito: ¿El Agua Diluye los Jugos Digestivos?

FALSO

El agua es un elemento esencial para la vida, y su mecanismo de supervivencia es prevenir la deshidratación mediante la ingesta regular y constante de líquidos (agua).

Pero ¿ qué ocurre si la sed se presenta durante una comida o inmediatamente después? ¿Es cierto que satisfacer esta sensación podría diluir la secreción gástrica y, por consiguiente, interrumpir la digestión? La respuesta es » no «.

Los complejos mecanismos que regulan la secreción de jugos digestivos, así como la notable capacidad de adaptación del cuerpo, hacen que esta teoría sea menos plausible desde un punto de vista científico.

Breve fisiología de la secreción del jugo digestivo

Secreción salival

El primer sitio de la digestión está representado por la cavidad oral. La secreción de saliva se inicia mediante la masticación activa, pero también mediante mecanismos neuropsíquicos de estimulación de la secreción salival, condicionados (por la excitación visual, olfativa o auditiva relacionada con la comida, conversaciones o el simple recuerdo de las comidas favoritas, por los hábitos alimenticios, etc.) e incondicionados.

Las glándulas salivales producen saliva, cuya composición es la siguiente: 99,4 % de agua y 0,6 % de sustancias minerales, enzimas, proteínas, etc. Participa principalmente en la formación del bolo alimenticio, que, tras pasar por el esófago, llega al compartimento gástrico.

Secreción gástrica e intestinal

El estómago secreta jugo gástrico, un líquido altamente ácido compuesto en un 99 % de agua. La acción estimulante sobre la secreción de jugo gástrico también se ve facilitada por la excitación de los receptores gástricos y la relajación de las paredes estomacales tras la ingestión de alimentos, independientemente de su consistencia líquida o sólida.

Aunque, técnicamente, beber agua durante o inmediatamente después de una comida podría diluir el jugo gástrico, esto no afecta negativamente la digestión. En cambio, ayuda al estómago a procesar los alimentos con mayor rapidez, favoreciendo la homogeneización del bolo alimenticio. De esta manera, se aumenta la superficie de acción enzimática sobre las moléculas de los alimentos y se incrementa la eficiencia de la digestión.

Además, los mecanismos que regulan la secreción gástrica son extremadamente complejos y presentan una capacidad de adaptación tan alta que no se justifica la restricción hídrica exclusiva para evitar la dilución del jugo digestivo. Como habrán notado, las secreciones digestivas están compuestas por un 99 % de agua, y el contenido de agua de los alimentos varía, desde el 2-5 % en los cereales de desayuno hasta el 80-95 % en sopas, frutas y verduras.

Contenido de agua de los alimentos

TIPO DE COMIDA PORCENTAJE DE AGUA EN LA COMPOSICIÓN
BEBIDAS SIN ALCOHOL
Agua, té, café, bebidas deportivas, refrescos, limonada, jugo de verduras. 90 – 100%
Leche, zumo de fruta 100% natural, zumo de fruta 85 – 90%
BEBIDAS ALCOHÓLICAS
Cerveza, vino 85 – 95%
bebidas destiladas 60 – 70%
SOPAS
Sopas, sopas de verduras, sopas de carne, sopas de crema. 80 – 95%
FRUTAS Y VERDURAS
Fresas, sandía, cítricos, peras, manzanas, pepinos, lechuga, apio, tomates, calabaza, brócoli, cebollas, zanahorias. 80 – 95%
Plátano, patata, maíz 70 – 80%
PRODUCTOS LÁCTEOS
Leche entera dulce 87 – 90%
Yogur 75 – 85%
Helado 60 – 65%
queso 40 – 60%
CEREAL
Arroz hervido 65 – 70%
Pasta cocida 75 – 80%
Pan 30 – 40%
Cereal de desayuno instantáneo 2 – 5%
CARNE, PESCADO, HUEVOS
Pescados y mariscos 65 – 80%
Huevos cocidos 65 – 75%
Carne de res, cerdo, cordero, aves 40 – 65%
Carne procesada 15 – 40%

* los valores son aproximados, varían dependiendo de la fuente de alimento, las condiciones y métodos de preparación y el tiempo de cocción

Además, la secreción de jugo gástrico continúa incluso en la fase intestinal, siendo estimulada por la distensión del duodeno, la primera porción del intestino delgado. En otras palabras, la digestión no se limita al primer paso gástrico, representado principalmente por agua, seguido de carbohidratos, proteínas y oligopéptidos, y finalmente las moléculas grasas de los alimentos.

Esto permite el procesamiento mecánico y enzimático del bolo alimenticio, independientemente de la ingesta inicial de agua durante o después de la comida.

La distensión de la pared gástrica a su vez desencadena, por un mecanismo reflejo, la secreción de jugo pancreático rico en enzimas, correspondiente al grado de acidez y los constituyentes del quimo gástrico.

Cabe destacar que las enzimas son proteínas muy valiosas para el organismo y, por lo tanto, se liberan en función de la naturaleza de los alimentos consumidos (proteínas, carbohidratos, lípidos) y no del estado físico de los mismos (agua potable o alimentos sólidos). De esta manera, la secreción se ajusta a la ingesta de macronutrientes para una digestión más eficiente y, por lo tanto, se evita su desperdicio.

La secreción biliar e intestinal también está fuertemente influenciada por la composición del quimo gástrico.

Efectos de beber agua durante las comidas

La consecuencia de una ingesta razonable de agua, estrictamente para saciar la sensación de sed u otras situaciones imprevistas durante una comida (unos sorbos), es un aumento del volumen del cuenco de comida, lo que puede tener los siguientes efectos:

Sin embargo, la prohibición total y la rigidez en cuanto al consumo de líquidos durante las comidas o inmediatamente después de ellas no es una solución, una regla general ni una condición para una dieta saludable.

Es necesario escuchar los sistemas homeostáticos del cuerpo, es decir, la sensación de sed, y nuestro papel en este sentido reside en el consumo responsable y moderado de agua, según las preferencias personales.

Las bebidas azucaradas son una excepción, ya que no se recomiendan debido al aporte calórico adicional. – Beber líquidos con las comidas: ¿bueno o malo?, enlace: https://authoritynutrition.com/drinking-with-meals/

Iris Maria -Autor Enciclo

Iris Maria

Autora especializada en divulgación de salud basada en evidencia.
La información presentada en este artículo tiene un propósito exclusivamente informativo y no sustituye la consulta, el diagnóstico ni el tratamiento ofrecido por un médico u otro profesional de la salud. Cada persona tiene necesidades diferentes según su edad, estilo de vida y estado de salud; por ello, estos contenidos no deben utilizarse como reemplazo de una evaluación médica profesional.
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