Compasión: qué es, cómo se siente y por qué importa

La escena de apertura: imaginar la compasión en acción

Imagina que en una avenida atestada alguien tropieza y cae. Antes de pensar, tus manos ya se estiran; hay un impulso a aliviar el dolor ajeno. Ese gesto tiene nombre: compasión. Es la respuesta emocional y práctica ante el sufrimiento de otro, con deseo de aliviarlo. Organizaciones como Greater Good la definen como “percibir el sufrimiento y estar motivados a aliviarlo”. Greater Good Science Center.

Información sobre “Compasión: qué es, cómo se siente y por qué importa”

Autor: Equipo Enciclo

Revisión editorial: Editor en jefe — Enciclo ( Quiénes somos )

Última actualización: 30 de agosto de 2025

Metodología y fuentes: Metodología y fuentes

Revisado por: Marian C. — Social Sciences & Research Methods

En las tradiciones bíblicas, la compasión se vuelve relato vivo: el viajero que se detiene, cura heridas y paga una posada. Esa es la parábola del Buen Samaritano, eje del Nuevo Testamento, que convive con la “misericordia” proclamada por profetas del Antiguo Testamento. Ese hilo atraviesa fiestas y prácticas como la caridad del Día de Navidad, donde ayudar al prójimo es centro del mensaje. Evangelio de Lucas 10.

Compasión: qué es, cómo se siente y por qué importa

Por qué nos importa: una brújula en lenguaje cotidiano

Esta palabra funciona como brújula moral y social: orienta decisiones diarias (dar el asiento, acompañar un duelo, donar tiempo) y políticas públicas (salud, refugio, educación). Para la ciencia del comportamiento, implica reconocer el dolor ajeno y movilizar recursos para aliviarlo; para las tradiciones espirituales, es deber y camino de humanidad compartida. CCARE, Stanford.

Capítulos mayores: historia, ciencia y cultura de la compasión

En la historia cultural aparecen escenas repetidas: hospitales nacen de cofradías caritativas, monasterios abren hospicios, movimientos civiles organizan comedores, y ONGs canalizan donaciones. La compasión es motor narrativo: personajes (médicos, voluntarias, líderes comunitarios), lugares (barrios, parroquias, clínicas), acciones (curar, acompañar, proteger). Todo eso construye memoria de cuidado en América Latina.

La ciencia contemporánea distingue compasión de conceptos cercanos. Empatía es sentir lo que el otro siente; simpatía es preocupación benigna; altruismo es el acto que beneficia a otro. La compasión, en cambio, integra percepción del sufrimiento con el impulso a aliviarlo, y puede entrenarse en prácticas contemplativas o educativas. Greater Good.

Personajes, lugares, acciones: del barrio al laboratorio

En el barrio, una red de vecinas organiza una olla común durante una inundación: la compasión se convierte en logística. En el hospital, un equipo de paliativos escucha antes de medicar: la compasión ordena prioridades. En el laboratorio, psicólogos miden cómo entrenamientos compasivos reducen estrés y promueven conductas prosociales: la compasión se vuelve variable estudiable. Investigación divulgada por Greater Good.

Matices que la enriquecen

El Centro de Investigación y Educación en Compasión y Altruismo de Stanford compila definiciones: un tejido de amabilidad, coraje, ecuanimidad y aceptación que se abre al sufrimiento y aspira a su sanación. Esta mirada muestra que la compasión no es blandura: requiere fortaleza para mirar el dolor sin apartar la vista. CCARE — Compassion Definitions.

Del “qué es” al “cómo se transmitió e influyó”

La compasión viaja por caminos múltiples. Se transmite en cuentos familiares (“tu abuela nunca dejaba a nadie sin sopa”), en ritos comunitarios (colectas, romerías, brigadas), en textos que se copian, traducen y predican. La parábola del Buen Samaritano cruzó lenguas y siglos, empujando a escuelas, hospitales y proyectos sociales a ver en el herido a un prójimo concreto. Lucas 10.

En la educación, programas de habilidades socioemocionales enseñan a reconocer señales de sufrimiento y a responder sin juicio. En la salud, enfoques de atención centrada en la persona incorporan escucha activa y acompañamiento. Y en la esfera pública, políticas de cuidado proponen redistribuir tiempo y recursos para que la compasión no dependa solo de héroes individuales, sino de sistemas que cuidan.

Tensiones e interpretaciones: ¿sentir, actuar, agotarse?

Hay debates útiles. ¿La compasión se agota? Cuidadores y personal de primera línea describen “fatiga por compasión”, un desgaste ante exposición sostenida al dolor, distinto del simple cansancio. Reconocerlo permite crear apoyos, rotaciones y prácticas de autocuidado, incluida la autocompasión, entendida como tratarse con amabilidad ante el error. APA Dictionary: self-compassion.

También se discute su frontera con la empatía. Sentir lo mismo que la otra persona puede paralizar; la compasión, en cambio, busca aliviar y, por eso, orienta a la acción. Programas de entrenamiento muestran que cultivar compasión reduce estrés y favorece conductas de ayuda sostenibles, guiando la emoción hacia decisiones concretas. Greater Good.

Preguntas frecuentes para compasión

¿Qué es la compasión resumen?

Es la respuesta ante el sufrimiento ajeno que combina comprensión emocional con el deseo de aliviarlo. No es solo “sentir” (empatía) ni únicamente “hacer” (altruismo): es el puente entre ambos. En la vida diaria se expresa en gestos pequeños y políticas grandes que reducen dolor evitable. Definición divulgada.

¿Qué es compasión según la Biblia?

Se narra como acción concreta hacia el prójimo. El Buen Samaritano ve, se conmueve, se detiene, cura, paga y promete volver: seis verbos que hacen visible la compasión cristiana. La Biblia hebrea habla de “misericordia” como entrañas que se conmueven; el Evangelio la pone en camino. Lucas 10.

¿Qué es la compasión humana?

Es una capacidad universal con bases emocionales y culturales que impulsa respuestas de cuidado en familia, comunidad y Estado. La investigación psicológica la estudia como motivación prosocial que puede entrenarse y sostenerse, incluso en contextos de crisis. Síntesis de CCARE.:contentReference[oaicite:11]{index=11}

¿Cómo se siente la compasión?

Como un llamado cálido y atento: notas el dolor de alguien, surge ternura y deseo de ayudar, y aparece claridad práctica (¿qué puedo hacer ahora?). A diferencia de la angustia empática, que abruma, la compasión estabiliza y orienta acciones concretas, desde escuchar hasta acompañar trámites o activar redes. Efectos descritos en investigación.

Cierre: una travesía que nos involucra

Así, la compasión se revela no solo como un sentimiento noble, sino como una travesía cultural y práctica: historias que nos mueven, decisiones que salvan tiempo y sufrimiento, instituciones que se reorganizan para cuidar mejor. En América Latina, donde la comunidad es fuerza cotidiana, fortalecer la compasión —en casa, escuela, consulta y política— es apostar por futuro compartido.

Lo aprendido: distinguirla de la empatía nos ayuda a sostenerla; nombrar la fatiga permite cuidarnos; contar historias —del Samaritano a la olla común— mantiene encendida una llama antigua. Ese fuego, cuando se distribuye, hace que nadie camine solo.

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