Los albaricoques son frutas muy populares y la mayoría de la gente los consume crudos, secos o como ingrediente en ensaladas o pasteles. Sin embargo, pocos saben que sus semillas tienen efectos beneficiosos para el organismo. Ricas en fibra y micronutrientes, las semillas de albaricoque contienen vitamina B17, también conocida como amigdalina o laetril.

Con el tiempo, estudios de la Sociedad Americana contra el Cáncer han concluido que esta vitamina es un potente agente anticancerígeno y un buen antiinflamatorio. El contenido nutricional y el sabor de los huesos de albaricoque varían según la variedad de la planta. Algunos huesos son dulces, lo que los hace especialmente populares como tentempié.
También existe la variedad de semilla de albaricoque amarga, que contiene una sustancia tóxica llamada cianuro. En grandes cantidades, puede ser letal, por lo que se recomienda usar este tipo de semilla con moderación.
Entre los principales beneficios del consumo de huesos de albaricoque se encuentran:
1. Prevención de enfermedades cardíacas
Además de contener cantidades significativas de vitamina B17, los huesos de albaricoque también contienen ácido pangámico, que se ha asociado con un menor riesgo de enfermedades cardíacas. Presente en muy pocos alimentos, el ácido pangámico mejora la circulación cardiovascular y reduce la posibilidad de desarrollar cardiopatía isquémica.
Consumidas regularmente y en cantidades moderadas, las semillas de albaricoque pueden disminuir la presión arterial, reduciendo así el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o aterosclerosis.
2. Fortalecer el sistema inmunológico
Los huesos de albaricoque ayudan al organismo a combatir mejor virus, bacterias e infecciones, ya que son una potente fuente de antioxidantes. La vitamina B17 es beneficiosa para los tejidos enfermos y desempeña un papel importante en el desarrollo y la protección de los dientes y la estructura ósea. Su contenido en hierro es beneficioso en casos de anemia y contribuye a aumentar la cantidad de hemoglobina en la sangre.
3. Mejorar la digestión
Gracias a su alto contenido en fibra, el consumo de huesos de albaricoque contribuye al óptimo funcionamiento del sistema digestivo. Por ello, son ideales para un consumo moderado dentro de una dieta equilibrada. Su contenido en pectina y celulosa estimula el peristaltismo intestinal, reduciendo así los síntomas de estreñimiento, hinchazón, calambres o diarrea. Los micronutrientes y la fibra también favorecen la absorción de nutrientes en el intestino.
4. Propiedades anticancerígenas
Debido a la presencia de amigdalina, los huesos de albaricoque pueden ser un remedio útil para combatir las células cancerosas. La razón, según estudios especializados, radica en el contenido natural de cianuro presente en el laetril. Este compuesto tendría propiedades antitumorales contra los tumores malignos. Sin embargo, los pacientes con cáncer deben consumir huesos de albaricoque con moderación y estos no deben sustituir el tratamiento principal de esta enfermedad.
5. Mejorar la memoria
El nutritivo hueso de albaricoque contiene fósforo, que ayuda a mejorar la memoria y a mantener un estado de vitalidad durante todo el día. La presencia de acetilcolina y lecitina también favorece la memoria. Se recomienda consumirlo en ciclos de dos semanas, seguidos de un descanso de 14 días.
Los huesos de albaricoque también son beneficiosos para los pacientes que padecen la enfermedad de Alzheimer, ya que pueden combatir los efectos degenerativos en el cerebro.
6. Combatir los cálculos biliares y la microlitiasis
Los cálculos biliares se producen cuando la bilis contiene niveles de colesterol superiores a la media o cuando la vesícula biliar no se vacía correctamente. Los huesos de albaricoque se utilizan con frecuencia para aliviar los síntomas y mejorar la función biliar. Se recomienda consumirlos en ayunas por la mañana, junto con unos albaricoques frescos, que poseen propiedades coleréticas.
7. Mantener una piel joven
Los huesos de albaricoque contienen aceites naturales con propiedades hidratantes. Estas sustancias se extraen y se utilizan en la industria dermocosmética en forma de productos para la piel. El aceite de hueso de albaricoque hidrata y nutre, por lo que se utiliza con frecuencia en masajes de aromaterapia.
Cómo consumir los huesos de albaricoque
La mayoría de la gente prefiere consumir los huesos de albaricoque crudos o tostados, y a menudo se utilizan como sustituto de las almendras. Generalmente se recomiendan tratamientos de dos semanas, con un descanso de 10 a 14 días. Debido a la presencia de sustancias tóxicas, la dosis indicada por los médicos no debe superar los 8-10 huesos al día.
Otra forma de beneficiarse de las propiedades de los huesos de albaricoque es utilizarlos:
- En ensaladas;
- En los yogures;
- En platos dulces, como sustituto de otras semillas oleaginosas;
- En batidos o purés;
- En forma de cremas, lociones o aceites (debido a sus efectos beneficiosos para la piel).
Las propiedades nutricionales de los huesos de albaricoque pueden ayudar a aliviar los síntomas de ciertas afecciones y a favorecer funciones corporales esenciales. Sin embargo, debido a su contenido tóxico de cianuro, deben consumirse únicamente en las cantidades diarias recomendadas.
Es recomendable seguir la dieta con estas semillas según las indicaciones del médico, tras una revisión especializada. Consuma los huesos de albaricoque en dosis óptimas y disfrutará de los beneficios que aportan al cuerpo y al organismo.







